La artista maliense se lució como cantante, guitarrista y figura escénica defendiendo los valores positivos de la africanidad y reivindicando a Fela Kuti y Nina Simone
La pulsión africana del Grec 2021 nos deparó el concierto de una artista, Fatoumata Diawara, en la que se condensan vistosas aptitudes: cantante de voz esbelta, guitarrista eléctrica presta al solo vibrante (territorio tradicionalmente masculino), actriz con dotes escénicos, portavoz de una África que quiere sacarse el polvo de encima y lucir moderna y resuelta. Esta maliense de 39 años representa una perspectiva cosmopolita, como refleja su currículo de colaboraciones, las más recientes con Gorillaz y Disclosure.
Lo suyo no es, en realidad, innovador, pero desprende personalidad en el modo de desarrollar los ritmos mandinga y afrobeat con su guitarra atrayendo los focos y abriéndose al funk, el pop o los vestigios del góspel. Un punteo crudo con la Gibson SG, trenzado con su canto reflexivo, abrió el concierto con vistas a ‘Don do’, de su último disco, ‘Fenfo’ (2018), cuyo título significa “algo que decir”. Diawara tiene, en efecto, un discurso que compartir, textos en bambara que hablan de las penalidades de la mujer africana, las guerras y las tradiciones obsoletas. Material peliagudo, que envolvió con unos parlamentos vivaces, aunque un tanto lineales, sobre “presentar África al mundo en un sentido positivo” y el poder de la música como “lo opuesto a la guerra”.
Las canciones se desplegaron en bucles rítmicos largos, porque se trataba de bañarnos en esa noción de la música absorbente con cadencia de lluvia fina. Arquitectura tersa, con un cuarteto que incluyó a dos músicos alistados en Barcelona, el bajista Tito Bonacera (Jaleo Real, Nathy Peluso) y el teclista Arecio Smith (Astrio). Un grupo dispuesto al trance lisérgico con musculatura rock en piezas como ‘Kanou’, con solo de sintetizador.
En el centro, ella, su guitarra y sus movimientos de danza, falda roja al viento, con su carisma natural, su canto de amplio espectro, con graves airados y punzantes agudos, y su entusiasmo al hablar de los pioneros y de los líderes: de Fela Kuti, Miriam Makeba y Angelique Kidjo a una Nina Simone que evocó con un ‘Sinnerman’ con alta tensión rítmica. De ahí a favoritos propios como ‘Sowa’, ya con el Grec en pie de baile, aunque sin apartarnos ni un pelo de nuestras sillas.
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