Georges Priestley y Alberto Barrow
1- Tras la invasión estadounidense a Panamá en 1989, observamos un aumento de la discriminación, de las prácticas ostensiblemente racistas y la desigualdad social en el Istmo de Panamá; todo esto como resultado de la derrota de las fuerzas populares, la adopción del neoliberalismo por amplios sectores de la clase política y económica, y la desorganización del movimiento negro. Durante la década de 1994-2004, los grupos afropanameños y las organizaciones populares tuvieron que adecuarse al entorno político y económico posterior a la invasión, dominado por la llamada transición a la democracia y la aplicación de políticas neoliberales por parte de la élite política blanca instalada en el gobierno y los partidos de oposición. Este artículo intenta proporcionar una perspectiva histórica y cultural sobre la etnicidad y la raza en Panamá, y aborda los retos y oportunidades que el movimiento negro enfrentó tras la invasión de 1989, particularmente en los años de esta década.
2.- El movimiento negro en la actualidad es bastante heterogéneo y se articula en torno a la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas, constituida por grupos sociales y culturales, logias, asociaciones cívicas y organizaciones comunitarias; entre las que se incluyen rastafaris, grupos de mujeres, organizaciones juveniles y varias agrupaciones religiosas, particularmente musulmanas, protestantes y católicas.
3.-A partir de 1999, el movimiento negro ha ganado visibilidad y ha dado importantes pasos para lograr mayor unidad; sin embargo, hoy en día enfrenta graves problemas relacionados con su autonomía, crecimiento, sustentabilidad y alcance social. Se trata de problemas complejos, que exigen soluciones complejas. Por ejemplo, nosotros pensamos que para ampliar su base de apoyo más allá de la clase media negra, el movimiento necesita afrontar los efectos que las políticas neoliberales tienen sobre los afrodescendientes pobres, rurales y urbanos, de todo el país, quienes cada día enfrentan problemas de tenencia de la tierra, desempleo creciente, falta de viviendas accesibles y dignas, incrementos en el precio de los servicios públicos y el transporte, aumento del crimen y la inseguridad, severa ineficiencia del sistema de justicia penal; así como la estigmatización y exclusión racial, de género y sexual.2 Por eso, mientras no incluya estos asuntos en su agenda, el movimiento negro no podrá crecer ni convertirse en un actor efectivo a nivel nacional, y al hacerlo deberá ser con independencia de los partidos políticos, a fin de preservar su autonomía, credibilidad y eficiencia.
4.- En un artículo escrito en 1974 señalamos que las organizaciones antillanas veían amenazada su autonomía por la prevalencia del clientelismo político (Priestley y Mohoney, 1975), y en un texto escrito en 1997, llamamos a “[…] revitalizar el movimiento negro que desempeñó un papel destacado en los setenta, durante el periodo de Torrijos”. Entonces, también recomendamos que “[…] el movimiento debe unirse a agrupaciones de mujeres, organizaciones de derechos humanos, grupos indígenas y asociaciones de trabajadores para construir un movimiento popular vigoroso” (Priestley, 1997). Pero en vez de tomar esa dirección, particularmente tras la Conferencia Mundial contra el Racismo de Durban, 2001, el movimiento negro centró sus esfuerzos en presionar para que el gobierno aplique leyes contra el racismo y lograr la inclusión de la población negra en la elaboración de políticas públicas, lo cual ocasionó que algunos de sus líderes optaron por privilegiar la política partidista y su red de relaciones clientelares, haciendo peligrar la autonomía, credibilidad y eficiencia del movimiento. Examinaremos éste y otros retos para el periodo 1994-2004, particularmente la relación del movimiento negro con el Partido Revolucionario Democrático (prd).
El paradigma racial panameño: la sociedad arco-iris o el “crisol de razas”3
5.- Al igual que en muchos otros países de América Latina, el racismo al estilo panameño niega la existencia misma del racismo. En cambio, caracteriza a la sociedad panameña como un perfecto “crisol de razas” de hispanohablantes, en el que blancos, indígenas y negros de origen colonial se funden sin distingos en una sola nación.4 Bajo este sistema racial, las únicas personas identificadas como negras son aquellas con ascendencia antillana y apellidos ingleses. El sistema pretende así separar a la población negra en dos categorías: los “coloniales”, con apellidos españoles de origen virreinal, y aquellos que tienen apellidos ingleses y ascendencia caribeña, llamados “antillanos” o “chombos”.5 La noción de crisol de razas, reforzada por la imposición de estas categorías, promueve el mestizaje y la ambigüedad racial, y minimiza la presencia de la población negra en el país.
6La conceptualización anterior también promueve las ideas de blanqueo y de armonía racial, al tiempo que dificulta la elaboración de una agenda racial unificada que incluya las preocupaciones e intereses de todos los afropanameños y de los mestizos pobres. Al igual que los discursos y prácticas raciales en otros países, el racismo panameño es parte integral de un sistema histórico específico de explotación y opresión de clase/género/raza. Está anclado en el control patriarcal/oligárquico/capitalista de una minoría blanca o casi blanca sobre la economía y los medios de comunicación nacionales; es un racismo arraigado en siglos de opresión y explotación de los negros y en políticas de inmigración (Durling, 1999). Y en los años que siguieron a la invasión estadounidense, resurgió y floreció como consecuencia del neo-liberalismo.
Las políticas neoliberales y las protestas populares en el periodo posterior a la invasión
- 6.- Para una visión progresista del significado de las políticas neoliberales en América Latina durant (…)
7.- ¿Qué significó el neoliberalismo en Panamá después de la invasión?6 Implicó erradicar los últimos vestigios de las reformas económicas y sociales de los años setenta y reemplazarlos con los acuerdos de ajuste estructural de los ochenta, seguidos, en los noventa, por la profunda terapia de choque de las reformas del mercado; significó privatizaciones y un nuevo código laboral flexible para sustituir al código de 1972, ya antes modificado (Jiménez Cabrera, 1992); supuso la eliminación de cualquier barrera para la importación y la promoción del crecimiento económico a través de la firma de acuerdos de libre comercio, a fin de ampliar la capacidad exportadora de una economía sobredimensionada y dependiente, ha generado al mismo tiempo unas tasas de crecimiento relativamente altas y una mayor pobreza. Pero, sobre todo, significó una transferencia masiva de riqueza del trabajo al capital. Estas políticas tienen un impacto negativo en las oportunidades de vida de la mayoría de la población panameña, constituida por negros y morenos (Gandasegui, 2004).
8.- Durante los años noventa la aplicación de las políticas neoliberales tuvo un inicio lento debido a que la administración del presidente Guillermo Endara estaba paralizada por su falta de legitimidad, sus divisiones internas y sus problemas de gobernabilidad,7 y no lograba cumplir las directrices de Washington y de las instituciones financieras internacionales, que exigían la privatización de las principales empresas estatales, la reforma del código del trabajo y la reducción del sector público (Torres Ábrego, 1993). Estas tareas fueron llevadas a cabo en el periodo 1994-2004 y en los años siguientes por los presidentes Ernesto Pérez Balladares del prd, Mireya Moscoso del Partido Arnulfista y Martín Torrijos Espino, hijo del fallecido general Omar Torrijos y fundador del prd.
- 8 Para una breve semblanza de Pérez Balladares, véase Priestley, 1994 a y b.
- 9 Hernández, 1998. Una excelente cobertura periodística sobre la privatización de las telecomunicaci (…)
9.- Ernesto Pérez Balladares, electo en 1994 para suceder al gobierno impopular e ilegítimo del presidente Guillermo Endara, emprendió exitosamente la aplicación de políticas neoliberales de gran alcance durante su periodo presidencial 1994-1999.8 Por ejemplo, introdujo políticas de flexibilización laboral y privatizó las telecomunicaciones, los ferrocarriles, los puertos y parte de la generación de energía eléctrica. El monto recaudado por el Estado panameño por estas privatizaciones fue de 1 300 millones de dólares,9 ante lo que Felipe Rodríguez de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (apede) comentó: “El actual gobierno ha realizado cambios drásticos para integrar a Panamá en la economía mundial. Los gobiernos anteriores dejaron pasar mucho tiempo sin tomar las medidas necesarias, de modo que ahora lo tuvimos que hacer todo de golpe para ponernos al día” (Wilson, 1999).
Las protestas populares contra las reformas neoliberales
10.- Las reformas aplicadas por Pérez Balladares y el prd provocaron una alta tasa de desempleo que se mantuvo en 13%, así como índices devastadores de pobreza y pobreza extrema de 38% y 20%, respectivamente (Perfil y características…, 1977), lo que generó durante todo su periodo presidencial una amplía protesta popular que combatía el paradigma neoliberal y los gobiernos que buscaban imponerlo. Por ejemplo, ya desde 1995 el izquierdista y combativo Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (Suntracs) encabezó la oposición a las reformas laborales, mientras que el Movimiento de Desempleados de Colón (Modesco), principalmente conformado por hombres y mujeres afropanameños, llevó a cabo numerosas protestas en contra de las reformas y para exigir la creación de empleos gubernamentales temporales para aliviar el desempleo extremadamente elevado de su provincia. A pesar de que la mayoría de la militancia y la dirección de Modesco eran afrodescendientes —incluyendo al dos veces deportado Luis Ladeautl, nacido en Colombia (véase La Prensa, 28 de septiembre de 1998)—, esa organización nunca fundamentó su movilización en cuestiones raciales.
11.- Si bien no obtuvieron otros logros significativos durante la presidencia de Pérez Balladares, las protestas populares impidieron la privatización del sistema de agua y alcantarillado en 1998 y generaron una inconformidad tal que, en 1999, Martín Torrijos Espino, candidato del prd, perdió las elecciones presidenciales frente a Mireya Moscoso, primera mujer elegida al cargo y esposa del tres veces presidente Arnulfo Arias Madrid, antagonista histórico de los panameños antillanos.
12.- El momento cumbre de la presidencia de Mireya Moscoso ocurrió el 31 de diciembre de 1999, día de la transferencia de la soberanía sobre el Canal de Panamá pactada en los acuerdos Torrijos-Carter de 1977, a los que ella y su partido se habían opuesto vehementemente. A pesar de que en el año 2000 aprobó el decreto que establecía el “Día de la etnia negra” (el 30 de mayo), y que el 10 de abril de 2002 entró en vigor la Ley 16 contra la discriminación, que regulaba el derecho de admisión a los establecimientos públicos y creaba la Comisión Nacional contra la Discriminación, la administración encabezada por Moscoso estuvo plagada por la corrupción (Reyes Núñez, 2001), las divisiones internas y su incapacidad para aplicar eficientemente la agenda neoliberal, como efectivamente lo hizo Pérez Balladares y como lo lograría Martín Torrijos Espino —hijo del difunto general Omar Torrijos— tras su triunfo en la elección presidencial para el periodo 2004-2009 (Jordan, 2003).
13.-Tras una década de reformas neoliberales y de modesto crecimiento económico, las oportunidades de mejoría siguen siendo escasas para la mayoría de los panameños, quienes enfrentan el crecimiento de las brechas entre ricos y pobres, hombres y mujeres, población urbana y rural, negros y no negros. Y a pesar de la amplía oposición a las reformas, el movimiento negro se mantiene al margen de las protestas populares.10
Los negros en la década posterior a la invasión, 1989-1999
14.- La invasión estadounidense y la llamada “transición a la democracia” infligieron graves golpes a la organización popular. Durante la ocupación y en los días que siguieron, las comunidades de negros y morenos fueron devastadas, sus organizaciones desmembradas y sus líderes fueron asesinados, encarcelados o perseguidos. Los partidos políticos volvieron a ser el eje del proceso electoral y cooptaron a muchos militantes de las organizaciones populares y del movimiento negro, con lo cual minaron las capacidades de muchas agrupaciones y eliminaron a otras. Una instancia que desapareció fue el Congreso del Negro Panameño, un importante foro antirracista y antiimperialista que logró celebrar tres exitosas conferencias en 1981, 1983 y 1988 —los peores años del autoritarismo militar y la agresión económica y política estadounidense (Priestley y Gandásegui, 1989)—.
- 11 Tras la llamada “transición a la democracia” que empezó en 1989, los partidos políticos atrajeron (…)
15.- Durante la mayor parte de la década de los noventa, el movimiento negro permaneció débil y sin capacidad de respuesta ante los retos que enfrentó. La desaparición de sus organizaciones más combativas y notorias —el Congreso del Negro Panameño, Acción Reivindicadora del Negro Panameño (arenep), la National Conference of Organized Panamanians (ncop)— dejó un vacío que fue llenado por otras agrupaciones afropanameñas hacia el final de dicho periodo.11 Por ejemplo, en el verano de 1999 fue fundado el Comité Panameño Contra el Racismo, cuyos principales miembros provenían del Congreso del Negro Panameño y que actualmente desempeña un papel crucial en la lucha por los derechos de la población negra. Hasta entonces, el movimiento estuvo desorganizado, incapaz de proponer una agenda política coherente, e impotente frente a los actos de discriminación, incluso cuando alcanzaban a funcionarios negros elegidos.
El movimiento negro, Durban y la presidencia de Mireya Moscoso
16.- Entre 2000 y 2002 diversos acontecimientos reflejaron el crecimiento y madurez del movimiento negro en Panamá: el impacto del libro de Alberto Barrow, No me pidas una foto: develando el racismo en Panamá, publicado en 2001; la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, celebrada en Durban ese mismo año; el decreto presidencial de Mireya Moscoso, en el 2000, que establecía el “Día de la Etnia Negra” y creaba la comisión organizadora del mismo, que no debe confundirse con la Comisión Coordinadora de la Etnia Negra Panameña, precursora de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas, que reúne a 24 organizaciones; la aprobación, de la Ley 16, el 10 de abril de 2002, un ordenamiento que busca acabar con la discriminación generalizada en contra de la población afro-panameña, personas a quienes se les niega constantemente el acceso a los establecimientos públicos; y la creación de la Comisión Nacional contra la Discriminación, un organismo bastante inoperante que forma parte de la Defensoría del Pueblo.12
17.- Sin hacer una descripción detallada de estos sucesos literarios y políticos, nosotros sostenemos que esos logros reflejaron la maduración del movimiento negro en Panamá y lo prepararon para los retos que enfrentó durante la coyuntura político-electoral de 2003-2004. En primer lugar, el libro No me pidas una foto: develando el racismo en Panamá impulsó el debate nacional sobre raza, discriminación y racismo, un fenómeno nuevo al cual también contribuyó la Conferencia de Durban y sus reuniones preparatorias regionales.
18.- En segundo lugar, Panamá estuvo bien representado en la Conferencia de Durban: el vicepresidente Kayser Bazán encabezó una delegación gubernamental de alto nivel y las organizaciones afropanameñas enviaron una numerosa representación, incluyendo al joven Egbert Wetherborne, miembro fundador de Pro Dignidad —una asociación civil cuyos miembros provienen principalmente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá—. Ese mismo año, los afropanameños consiguieron otra pequeña victoria cuando, gracias a la iniciativa y perseverancia de Pro Dignidad y a la colaboración técnica y política de la Defensoría del Pueblo, la Asamblea Nacional aprobó la Ley 16, en 2002, que regula el derecho de admisión a los establecimientos públicos y creó la Comisión Nacional contra la Discriminación. Finalmente, durante 2003 y 2004 organizaciones afropanameñas, incluyendo las de la diáspora, elaboraron una serie de reivindicaciones económicas, políticas y culturales; un Plan Estratégico para la Incidencia de los Afropanameños; y una plataforma política, que había empezado a elaborarse en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (iidh) en Costa Rica.
Plataforma estratégica y política de las organizaciones afropanameñas
19.- En agosto de 2003, dos años después de Durban, media docena de afropanameños participaron como representantes de agrupaciones antirracistas en el Encuentro Estratégico de Organizaciones-Redes por la Incidencia, en el iidh. Los asistentes intercambiaron puntos de vista sobre la problemática común que enfrentan los indígenas y los afrodescendientes: obstáculos para la obtención de derechos ciudadanos plenos, problemas para influir en la elaboración de políticas sociales y dificultades para lograr la inclusión social de la población negra. También intercambiaron información y discutieron las iniciativas más recientes en materia de propuestas legislativas y políticas públicas nacionales e internacionales.
20.- Durante el Encuentro Estratégico de Costa Rica, los delegados de Panamá elaboraron el Plan de Acción para la Incidencia de los Afropanameños, pilar de la Plataforma Política de los Afropanameños, en 2004. El documento contiene dos objetivos de largo alcance: conseguir una auténtica igualdad frente a la ley y la sociedad para los hombres y mujeres afrodescendientes; así como conseguir que las instituciones estatales garanticen su inclusión social. Se planteó perseguir estos objetivos mediante diversas estrategias, incluyendo, entre otras, el desarrollo de la mencionada plataforma política y el impulso de leyes para promover el acceso equitativo al empleo, la movilidad laboral y la participación de los afrodescendientes en la creación de políticas públicas. Además, el documento planteaba como objetivo fundamental la equidad de género en la sociedad panameña, particularmente para las mujeres de color.
21.- Dichos objetivos, la plataforma política, las propuestas legislativas y el Plan Maestro Nacional de Desarrollo Sosteni-ble de los Afropanameños, fueron después desarrollados y adoptados por una red más amplia de organizaciones y dirigentes populares y comunitarios durante las discusiones que se llevaron a cabo en el primer Encuentro Nacional de Líderes y Dirigentes Afropanameños, celebrado en la ciudad de Panamá, el 27 de octubre de 2003. Además, los delegados autorizaron, para el mes de noviembre del mismo año, la celebración del Primer Foro Nacional Afropanameño, que contó con la participación de candidatos presidenciales. El foro —pensado más como espacio político que como organización— lo habían formado varias agrupaciones afropanameñas un año antes, en 2002, como un instrumento para la consulta mutua, el análisis y la reflexión sobre la lucha contra el racismo y la discriminación a nivel nacional, y como una herramienta importante para promover la solidaridad y la unidad entre los diversos grupos y actores panameños negros. Así, durante los meses previos a la elección, las organizaciones del movimiento negro entablaron una serie de encuentros públicos y debates que cristalizaron en una plataforma política y una serie de reivindicaciones económicas, culturales y sociales que presentaron públicamente a todos los candidatos presidenciales, incluyendo a Martín Torrijos.
Martín Torrijos, la diáspora y los avances del movimiento negro
22.- El Primer Foro Nacional Afropanameño, celebrado en noviembre de 2003, abordó los temas de la “invisibilidad” de la población negra y de la desigualdad socioeconómica, pero no formuló una posición crítica frente a las políticas neoliberales en las cuales están arraigadas. Sin embargo, el encuentro permitió un nivel de unidad sin precedente del movimiento negro, al reunir a un conjunto amplio y diverso de organizaciones, incluyendo a las que eran miembros de la Comisión Coordinadora de la Etnia Negra Panameña.13 Este nuevo nivel de cohesión se expresó en la solidez de la Plataforma Política de los Afropanameños, entregada luego a todos los candidatos presidenciales para que definieran su posición y firmaran un documento formal de apoyo. Así, El Primer Foro Nacional Afropanameño evidenció los niveles de unidad y fortaleza sin precedentes alcanzados por el movimiento negro.14 Organizaciones de la diáspora panameña y activistas transnacionales completaron la labor del foro al presentar una lista de 16 preocupaciones y demandas a Martín Torrijos, candidato del prd.
23.- Panamá, al igual que otros países de Latinoamérica, “exporta” a decenas de miles de sus ciudadanos. Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en ese país residen más de 100 000 panameños de manera legal, cifra que por supuesto no incluye a las decenas de miles de indocumentados. Cabe resaltar que muchos de estos inmigrantes, autorizados o no, son afrodescendientes, por lo que no resulta sorprendente que se organicen, como ocurrió en las décadas de los años setenta y ochenta, para garantizar que sus opiniones sean escuchadas en los procesos políticos panameños.
24.- Durante la celebración del centenario de Panamá, el 3 de noviembre de 2003, más de 20 000 afropanameños se movilizaron desde los Estados Unidos para participar en las festividades y reafirmar su identidad nacional. Entre ellos, viajó un grupo ad hoc de organizaciones y personalidades de Nueva York, que había organizado un foro de alto nivel con el candidato presidencial Martín Torrijos Espino, hijo del fallecido líder populista-nacionalista Omar Torrijos Herrera. El 4 de noviembre de 2003, en el histórico Hotel Panamá, los organizadores del encuentro —acompañados por más de 200 afropanameños, en su mayoría residentes en Nueva York— entregaron al candidato del prd, Martín Torrijos, una lista de 16 preocupaciones y reivindicaciones intitulada “Afropanameños en la diáspora: Aportación para un diálogo constructivo con el candidato presidencial Martín Torrijos”. Entre las reivindicaciones sociales, económicas, culturales y políticas contenidas en el documento destacaban: la doble nacionalidad y la creación de un circuito electoral especial en los Estados Unidos, dos demandas que requerían de reformas constitucionales; dar marcha atrás en la privatización de los servicios públicos; y el derecho al voto en el extranjero, una aspiración que fue planteada por primera vez en 1974, en una conferencia organizada por la National Conference of Organized Panamanians (ncop), en las montañas Poconos, y que posteriormente se logró en 2007.
25.- Tras el encuentro con Torrijos, los miembros del comité ad hoc fundaron Panamá Vote 2004 a fin de recaudar fondos para apoyar su campaña. En abril de 2004, dicha organización, en un acto sin precedentes, con gran cobertura de los medios de comunicación panameños, hizo entrega de 20 000 dólares al candidato presidencial del prd.
26.- El 2 de mayo de 2004, Martín Torrijos fue electo presidente de Panamá al obtener 711 447 votos, 48% de los sufragios totales. La participación en esa elección fue la más alta en la historia del país, con más de un millón y medio de votantes (Tribunal Electoral, 2004). Sin duda, la importancia histórica del general Omar Torrijos, un populista-nacionalista de los años setenta, influyó decisivamente en la elección de su hijo, escogido por una abrumadora mayoría del pueblo panameño, incluyendo los afropanameños que acudieron a votar masivamente por él.
27.- Según los expertos, la celebración de elecciones libres y justas, y la transferencia pacífica del poder —sucesivamente de Endara a Pérez Balladares, a Mireya Moscoso y a Martín Torrijos— demostró que Panamá había consolidado su transición a la democracia. El electorado, incluyendo a los afropanameños, respondió positivamente al eslogan de la campaña de Torrijos “Sí se puede”, con la esperanza de que tanto él como su Alianza Patria Nueva adoptarían medidas para reducir la carga impuesta sobre la mayoría de los panameños por las políticas neoliberales. Sin embargo, desde que tomó posesión, Torrijos profundizó el compromiso del prd con esas políticas, al reformar el sistema de seguridad social y firmar una serie de acuerdos comerciales entre los que destaca el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, que despertó una fuerte oposición de los sectores agrícolas y de un segmento de los movimientos obrero y popular (Gandásegui, 2006).
28.- Si bien sectores importantes del movimiento popular, entre ellos los que representan a las comunidades de pobres y afrodescendientes, se movilizaron para oponerse a la invasión estadounidense,15 también cabe resaltar que las organizaciones de afropanameños casi no participaron en las luchas contra la aplicación de las políticas neoliberales ni el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Esta ausencia se explica por diversas razones: al igual que otras agrupaciones populares, muchas de esas organizaciones fueron fuertemente golpeadas por la invasión estadounidense en 1989, y las pocas que lograron sobrevivir eran principalmente grupos sociales y culturales; en segundo lugar, las organizaciones que cristalizaron durante 1999 y después privilegiaron la elaboración de una agenda contra la discriminación y, en buena medida, no fueron capaces de identificar ni afrontar el programa neoliberal y sus secuelas generalizadas de exclusión social y racismo institucional. El movimiento negro, actualmente agrupado en la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas, es muy heterogéneo y se compone de aproximadamente 20 grupos, la mayoría con escasos recursos y opera en las provincias negras de Colón, Panamá, Bocas del Toro y Darién. A pesar de que la coordinadora tiene presencia nacional y ha demostrado ser capaz de influir en la agenda contra el racismo, la mayoría de las organizaciones que la conforman, con algunas excepciones, funcionan en el nivel regional, tienen vínculos insuficientes con agrupaciones de trabajadores y otras organizaciones populares, y una presencia limitada en las comunidades negras y morenas más amplias, particularmente entre aquellas cuya población es más pobre y vulnerable.
29.- Pese al nivel de unidad mostrado en la elaboración de la Plataforma Política de los Afropanameños de 2003, y el trabajo de la Comisión Coordinadora de la Etnia Negra Panameña, cada grupo tiende a actuar como organización monotemática y algunos mantienen relaciones diferentes y clientelares con los diversos partidos políticos, particularmente con el prd y con el Estado. Sin embargo, todos permanecen comprometidos en la lucha contra la discriminación racial, étnica y de género.
30.- A pesar de su estrecha y concentrada agenda, el movimiento negro resurgió a partir de 199916 y obtuvo los siguientes logros: el nombramiento de dos afropanameños de ascendencia antillana en la Corte Suprema de Justicia de Panamá (Graciela Dixon, presidenta de la Corte Suprema de Justicia y Harley James Mitchell, juez asociado), la formación de nuevas organizaciones de afrodescendientes; la adopción del “Día de la Etnia Negra”, que motivó la creación de la Comisión Coordinadora de la Etnia Negra Panameña, que a su vez, en 2004 se transformó en la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas y permitió una superación parcial del viejo abismo que separa a los negros con ascendencia antillana de los descendientes de esclavos del periodo colonial; la aprobación de leyes y decretos contra la discriminación; mayor visibilidad para los afropanameños y el fin del ocultamiento de la discriminación y el racismo existentes en el país; la participación en la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, así como en las reuniones regionales de 2002 a 2006; y la conformación de una agenda afropanameña para las elecciones de 2004.
31.- Por último, las agrupaciones del movimiento negro presionaron eficazmente al gobierno de Martín Torrijos para crear, en 2005, con financiamiento público, una Comisión Especial para la Inclusión de la Etnia Negra (Decreto Ejecutivo núm. 124, 27 de mayo de 2005), precursora del Consejo Nacional para la Etnia Negra (Decreto Ejecutivo núm. 116, 29 de mayo de 2007), un organismo asesor con personal remunerado y una Secretaría Ejecutiva adscrita al Ministerio de la Presidencia. En ese mismo año, la Asamblea Nacional aprobó el derecho al voto en el extranjero (Decreto Ejecutivo núm. 3, 22 de marzo de 2007), un objetivo que los panameños de la diáspora persiguieron por más de 30 años y que la organización neoyorquina Panamá Vote 2004 presentó como demanda central durante su histórico encuentro con el candidato presidencial del prd, Martín Torrijos, en el Hotel Panamá, el 4 de noviembre de 2003.
32.- Sin embargo, la propuesta de ley generada por la campaña “No me pidas una foto” desde 2001, y presentada por el Primer Foro Afropanameño del 2004, no fue aprobada por la Asamblea Nacional controlada por Torrijos. Ese proyecto legislativo pretendía volver ilegal el requisito de presentar una fotografía con las solicitudes de empleo, una práctica común para promover la “buena presencia” y discriminar a las personas de piel oscura, especialmente a las mujeres. En su lugar, la Asamblea Nacional dominada por el prd tomó fragmentos del proyecto y en abril de 2005, aprobó la Ley 11, una versión descolorida de la propuesta de ley promovida por “No me pidas una foto”, que prohibía la discriminación laboral por motivos de edad, raza, género, clase social, religión o discapacidades físicas. Salvo por la aprobación del voto en el extranjero, en marzo de 2007, las 16 demandas que representantes de la comunidad de la diáspora le entregaron a Martín Torrijos, el 4 de noviembre de 2003, tampoco han sido atendidas por su gobierno.
El clientelismo político y los retos para la autonomía afropanameña
33.- A pesar de las conquistas del periodo 1999-2004, los afropanameños organizados enfrentan grandes dificultades y amenazas para su autonomía, particularmente por parte de la dirección del prd, cuyos miembros penalizaron y marginaron a líderes y agrupaciones que habían denunciado un eslogan de campaña del partido que, desde la perspectiva del Comité Panameño contra el Racismo, promovía la discriminación. El anuncio, elaborado y supervisado por Vivian Fernández de Torrijos, esposa del candidato, pretendía dar a conocer la posición del aspirante presidencial frente a la creciente ola de crímenes y al alto grado de inseguridad padecido por los ciudadanos comunes. Pero lo que mostraba era a un hombre negro con peinado rasta tratando de robar a una mujer de piel clara, por lo que el vocero del Comité Panameño contra el Racismo dio una pronta y enérgica respuesta en televisión, en la que calificaba al anuncio del prd de rotundamente racista. La dirección del partido, notoriamente molesta, retiró el anuncio enseguida y más tarde tomó represalias contra el vocero y contra los líderes de Panamá Vote 2004 que habían salido en su defensa.
34.- A principios de junio, a un mes escaso de celebradas las elecciones presidenciales de 2004, Juan Carlos Navarro, alcalde de la ciudad de Panamá, despidió al vocero del Comité Panameño contra el Racismo, quien había trabajado durante tres años como director de la Oficina Pro Igualdad y Tolerancia de la Alcaldía. Para justificar su decisión, Navarro calificó al funcionario de incompetente, acusación muy difícil de creer dado que hasta ese incidente había alabado constantemente su desempeño. Algunos afropanameños cuestionaron con vehemencia la acusación, particularmente los miembros del grupo neoyorquino Panamá Vote 2004, por lo que el presidente electo Martín Torrijos rompió toda comunicación con sus dirigentes y estableció contacto con otras organizaciones de la diáspora con las que él y su gobierno aún mantienen relaciones. Aunque la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas emitió varias declaraciones enérgicas contra las medidas de represalias del alcalde, sus organizaciones afiliadas ofrecieron muy poco apoyo al vocero del Comité Panameño contra el Racismo y prefirieron negociar el nombramiento de otro afrodescendiente, supuestamente para conservar la oficina como cuota política del movimiento negro y garantizar su derecho a opinar sobre la selección del nuevo director. Sin duda, este desenlace muestra la fortaleza y profundidad del clientelismo en la política partidaria, lo cual representa una amenaza importante para la autonomía, el crecimiento y la unidad del movimiento negro panameño.
- 17 El movimiento popular, al igual que el de los negros, enfrenta retos de autonomía provenientes de (…)
35.- Este tipo de comportamiento coercitivo y discriminatorio por parte de las élites de los partidos políticos manda una señal clara a quienes se atreven a cuestionar o rechazar la ideología del “crisol de razas”, respaldada por los medios de comunicación, los académicos, los políticos y la burocracia estatal —centinelas que vigilan las fronteras de raza, de género y de etnicidad—.17
36.- A pesar de la ideología dominante del “crisol de razas” y del clientelismo político de los partidos y del Estado, en los últimos ocho años, el movimiento negro panameño ha dado pasos importantes hacia una mayor unidad al lograr reunir a los afrodescendientes con orígenes coloniales y a los de ascendencia antillana en la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas. Para consolidar sus logros y avanzar en sus proyectos políticos, la coordinadora y sus organizaciones miembros necesitan llevar a cabo lo siguiente: ampliar el alcance de su actividad hacia otros actores sociales; establecer relaciones de trabajo con organizaciones populares; obtener una presencia afropanameña más amplia y representativa en el recientemente creado Consejo Nacional para la Etnia Negra, cuyas oficinas están en el Palacio Presidencial; lograr una mayor presencia en las luchas populares; y proteger su autonomía de los abusos de los partidos políticos y del Estado. Éstos son prerrequisitos para avanzar y ampliar un programa antirracista y antisexista que incluya la lucha contra los proyectos neoliberales y la exigencia de derechos ciudadanos plenos, de justicia social y de democracia popular en el Panamá del siglo xxi.
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NOTAS
1 Traducción del inglés por Tonatiuh Soley y Tessa Brisac.
2 El grupo ad hoc de afropanameños de la diáspora, que se reunió con Martín Torrijos el 4 de noviembre de 2003, planteó muchos de estos temas y exigió la revocación de la privatización de los servicios públicos.
3 Para un ensayo breve sobre la forma en que se usa este concepto en Panamá y la construcción de la supremacía blanca, véase Priestley, 1999.
4 El “crisol de razas” es un concepto ampliamente usado para describir la mezcla racial, la unidad nacional y la ausencia de racismo, véase Szok, 1998.
5 “Chombo” es un término peyorativo usado para describir a los antillanos y a los panameños con ascendencia antillana. También se emplea para diferenciar a esos panameños de los negros con apellidos españoles, véase Wilson, 1981.
6 Para una visión progresista del significado de las políticas neoliberales en América Latina durante los años noventa, véase el capítulo 7 de Green, 1995.
7 A pesar de que la planilla compuesta por Guillermo Endara, Billy Ford y Calderón obtuvo una victoria arrolladura en la elección presidencial de 1989, el gobierno apoyó la invasión estadounidense, asumió el poder en una base militar de los estados Unidos y, posteriormente, padeció profundas divisiones internas. Todo eso complicó la aplicación de las políticas neoliberales. Para una discusión de algunos de estos temas, véase Priestley, 1990.
8 Para una breve semblanza de Pérez Balladares, véase Priestley, 1994 a y b.
9 Hernández, 1998. Una excelente cobertura periodística sobre la privatización de las telecomunicaciones en 1995 puede encontrarse en Benjamín, 1995.
10 Existen unas cuantas excepciones a ese patrón de comportamiento. Alianza Rastafari y Respuesta Afropanameña unieron fuerzas con Modesco —el movimiento de los desempleados de Colón— en una serie de protestas contra la desocupación, particularmente en 2001.
11 Tras la llamada “transición a la democracia” que empezó en 1989, los partidos políticos atrajeron a muchos afropanameños, una tendencia histórica sólo brevemente interrumpida durante la dictadura militar (1968-1989).
12 La Defensoría del Pueblo a cargo de ítalo Antinori desempeñó un papel crucial durante la redacción final y la aprobación de la ley contra la discriminación del 2002. Egbert Wetherborne Pérez, fundador del grupo Pro Dignidad y participante de la Conferencia de Durban, redactó una versión anterior Él me proporcionó esta información durante una entrevista telefónica, el 8 de julio de 2007.
13 Algunos miembros de la Comisión Coordinadora de la Etnia Negra Panameña son: Alianza Rastafari de Panamá, Cámara de Comercio Afropanameño, Centro de Estudios Afropanameños. Comisión Pro Desarrollo de Darién, Comité Panameño Contra el Racismo, Congos de Panamá, Pastoral Afropanameña, Fundación Privada en Pro del Desarrollo Económico y Social (prodes), Red de Mujeres Afropanameñas, Rescate de la Juventud Afropanamcña, Respuesta Afropanamcña y Sociedad de Amigos del Museo Afroantillano de Panamá (samaap).
14 En las elecciones presidenciales de 1952 los antillanos y sus descendientes de primera y segunda generación mostraron una gran unidad y cohesión como resultado de su reciente conquista de la ciudadanía (1946) y del sistema electoral de distritos de un solo miembro.
15 Véase Georges Priestley, 1997. La documentación sobre la invasión es voluminosa, pero destacan tres obras que muestran la dimensión de la agresión y su impacto sobre las comunidades negra y morena: el laureado documental de Bárbara Trent, El engaño de Panamá (The Panamá Deception), 1992; Olmedo Beluchc, 1991 y José de Jesús Martínez, 1991.
16 “Peligrosa escala de discriminación racial”, editorial de El Panamá América, 7 de junio de 1999. Una alarmante serie de hechos de discriminación racial motivó esta editorial de uno de los principales periódicos de país.
17 El movimiento popular, al igual que el de los negros, enfrenta retos de autonomía provenientes de los partidos políticos neoliberales que gobiernan Panamá. Para una discusión detallada de la historia del movimiento popular en esc país y de sus problemas actuales, véase Marco Gandásegui, 2003 y Rubén Darío Rodríguez Patiño, 1998.
AUTORES
Georges Priestley fue profesor de Ciencias Políticas y director de Estudios Latinoamericanos y Latinos en el Queens College, cuny, además de investigador principal del Ford Foundation funded Afro–Latin@ Project de esa institución. Fue investigador asociado en el Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena” (cela) en Panamá, miembro de la redacción de Tareas (revista de ciencias sociales de Panamá), y miembro fundador del grupo de trabajo de Flacso sobre Estados Unidos, 2005. Fue coeditor del boletín de la Caribbean Studies Association. También fue presidente del tercer Congreso de los Negros de Panamá (1988), y vicepresidente del Congress of Black Culture of the Americas (1982). Fue autor, coautor o editor de múltiples libros y artículos, entre otros: “Etnicidad, clase y raza en Estados Unidos: Perspectivas para las alianzas entre afroamericanos y latinos”, “Ethnicity, Class, and Race in the United States: Prospects for African-American/Latino Alliances”. Priestley falleció en 2009, cuando este libro estaba en proceso de edición.
Alberto S. Barrow N. Nació en la ciudad de Panamá el 24 de febrero de 1952. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Panamá. Ha sido promotor de múltiples proyectos sociopolíticos y culturales, secretario ejecutivo de varios organismos no gubernamentales y consultor a nivel internacional para organismos que desarrollan programas regionales en el campo de la defensa de los derechos humanos. En la actualidad funge como responsable de la Oficina Pro Igualdad y Tolerancia de la Alcaldía de Panamá y asesor del Despacho Superior de ésta. Es autor con George Priestley de Piel oscura Panamá: ensayos y reflexiones al filo del centenario.
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