A Colombia se le conoce como ‘la tierra de los mil ritmos’, “1.066, para ser exactos”, dijo Carlos Vives en la charla que tuvo con Wade Davis en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) de este año, cuando ambos presentaron sus libros acerca del río Magdalena.
Más de mil ritmos tradicionales que son posibles, a su vez, gracias a la cantidad, de a momentos inconcebible, de instrumentos que existe en el país.
Instrumentos que surgieron del encuentro entre culturas que supuso la Conquista Española, así como aquellos que todavía permanecen desde la tradición precolombina. Instrumentos que buscan imitar el sonido del caudal de un río o que buscan replicar el sonido de aves y de la selva. Gaitas y tambores para rendir tributo a tradiciones africanas, así como bandolas y tiples para recordar raíces campesinas.
Los instrumentos, así como los ritmos a los que dan lugar, hablan de un pasado y un presente llenos de folclor, música y alegría, así como de ricas tradiciones que dejan entrever estrechas relaciones entre las personas, su territorio y la cultura que de ellas se desprenden. Tradiciones que, sin embargo, es necesario conservar y revitalizar de manera constante, para mantenerlas así vigentes.
Por ello, desde Colombia Visible compartimos tres historias que permiten conocer y, de esa manera, conservar los instrumentos y los oficios detrás de ellos que nos convierten en una tierra musical por excelencia.
Estos instrumentos musicales indígenas replican los sonidos de la selva
Yapurutu, movaco y cachovenado son los nombres de diversos instrumentos nativos de la Orinoquía y la Amazonía colombiana. Llevan los mismos nombres que los árboles a partir de los cuales se fabrican y son fundamentales dentro de la tradición cultural de pueblos indígenas como los curripaco y los sikuani, que habitan ambas regiones.
Estos instrumentos replican sonidos como el croar de las ranas, las ráfagas de aire que se producen con la lluvia y el viento que mece los árboles de los bosques tropicales de la región. Con ello ayudan a recordar los “mitos, las leyendas e historias tradicionales que se han perdido por la evangelización y la colonización”, cuenta Michael Andrés Fernández, director del grupo musical Katumare, dedicado a transmitir la tradición oral de los pueblos indígenas locales a través de la música.
“Nuestra idea”, dice Michael, quien es licenciado en música de la Universidad Pedagógica Nacional, “es reivindicar un poco lo que se ha perdido y crear una forma innovadora para que puedan ubicarnos en el género de música indígena, pero con fusiones de otros géneros como el rock o el jazz”.
Ecos de la selva: los secretos detrás de la fabricación de la marimba en el Pacífico
Cuenta Enrique Riascos, marimbero de tradición, que, a pesar de comenzar a tocar la marimba desde los once años, fue solo en el momento en que construyó la suya propia que creó una conexión real con ella.
Hoy Enrique dirige la Fundación Palma Chonta, que se dedica a la fabricación artesanal del característico instrumento del litoral Pacífico, así como a la preservación de ese tradicional oficio.
Y es que alrededor de la elaboración de la marimba, cuya base fundamental es la palma de chontaduro, hay varios ‘secretos’. Entre ellos, que todas las marimbas no suenan igual y que se debe decidir previo a la construcción del instrumento cómo quiere que este suene pues los materiales se escogen con base en ello.
De la misma manera, la guadua que se usa para amplificar el sonido que produce el golpe sobre cada tecla debe ser cortada en luna menguante para producir una marimba de calidad.
¿Qué es la lutería? Conozca el proyecto para preservar este oficio ancestral
Luthiers Colombianos es una organización que, auspiciada por la Fundación Coja Oficio, se dedica a la fabricación artesanal de instrumentos o, como indica el nombre de la organización, a la lutería.
Si bien este es un oficio que tradicionalmente se ejerce sobre instrumentos de cuerda, Jorque Enrique Rodríguez, director de Coja Oficio, dice que desde Luthiers Colombianos trabajan en la fabricación de todo tipo de instrumentos: “No solo guitarras, sino también tiples, bandolas, tambores, arpas, cuatros, maracas… Trabajamos con nuestros instrumentos tradicionales”.
Jorge, quien comenzó en la lutería fabricando chelos, instrumento que también interpreta, agrega que ese oficio ha adquirido un posicionamiento renovado en Colombia durante la última década gracias a que ha salido del taller, donde tradicionalmente permanecía recluido.
“Estos años ha incrementado el interés de jóvenes que quieren aprender el oficio, y esto incide para que se mantenga y sea más robusto”, sostiene.
Fuente: https://caracol.com.co/