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Curiepe pueblo que mantiene con orgullo sus raíces y tradiciones africanas

Si hay un pueblo que destaca en el estado Miranda es Curiepe, ubicado en la región de Barlovento, allí convergen elementos de la cultura, religiosidad, gastronomía, ser y sentir de la africanidad.

Los curieperos reconocen e identifican que sus ancestros provienen de África y eso los enorgullece porque esta población venezolana fue fundada en 1723 por un grupo de cimarrones y negros esclavos que habían logrado emanciparse e hicieron de esta tierra su hogar, manteniendo sus legados originarios.

Esta población que forma parte del Municipio Brión, ubicada a 8 kilómetros de Higuerote, fue establecida como la parroquia eclesiástica  “Nuestra Señora de Altagracia y San José de Curiepe” en 1732.

Curiepe tuvo durante la colonia hasta mediados del siglo XX una excelente producción de cacao, que decayó con la llegada de la explotación petrolera nacional, que trajo consigo la migración del campo a las regiones petroleras.

Aunque ya no es el motor de su economía, siguen produciendo cacao de extraordinaria calidad, en menor escala. Actualmente, la economía está impulsada por el turismo y la agricultura, en la que destacan plátanos, cambures y tubérculos como la yuca, el ñame y el ocumo.   

Algunas tradiciones y fiestas

Los aportes africanos en la cultura curiepera son amplios y arraigados. Las festividades en esta parroquia mirandina gozan del agrado y aceptación de propios y visitantes por la alegría, dinamismo, buena energía y entusiasmo que las caracteriza. Entre estas fiestas destacan:

Fiesta de San Juan: se realiza cada 23, 24 y 25 de junio, organizada por los miembros de la Sociedad de San Juan Bautista, quienes con devoción preparan al santo con la vestimenta, flores y ornamentos que le acompañarán durante la misa, procesión por el pueblo y la acostumbrada veneración de sus devotos. El sincretismo religioso domina esta celebración en la que convergen elementos del catolicismo con las creencias y fe africanas.

La iglesia católica celebra el nacimiento de San Juan Bautista el 24 de junio y en el caso de Curiepe la conmemoración no se limita a una misa y procesión solemne, como si ocurre en otros estados de Venezuela, como en Trujillo por ejemplo, sino que a lo católico se suman los repiques y bailes de tambor que son acompañados de alegres y variados cánticos y coros con frases de origen africano.  

Las fiestas de San Juan de Curiepe han venido cobrando gran fama en el país por su alegría, intensidad y la emoción que genera a quienes concurren a disfrutarla. Otra particularidad tiene que ver con la imagen del San Juan Curiepe, ya que es diferente al resto de las que se pueden apreciar en las iglesias católicas porque el santo no es un adulto sino un niño.

Cabe mencionar que esta festividad tiene su precedente el 01 de junio fecha en que se realiza el “repique de tambor” desde las 12 del mediodía hasta las 12 de la medianoche, en señal de que ha llegado junio y pronto iniciará la fiesta en honor al santo.

Velorio de Cruz de mayo: esta tradición que fue nombrada en el año 2014 como Patrimonio Cultural de Venezuela, al igual que en muchas partes de nuestro país, se celebra en Curiepe cada 03 de mayo con cantos, oraciones, tambor y ofrendas para agradecer el inicio de la temporada de la cosecha y para rendir homenaje a la cruz donde falleció Jesús.  

Los velorios de la Cruz de mayo se inician la noche del 02 de mayo ante una Cruz que es preparada y adornada con papeles de colores a la que se colocan flores, frutos y otros cumplidos. 

Niño Jesús de Curiepe: en esta celebración también conviven las tradiciones cristianas y las africanas. Se desarrolla desde septiembre hasta diciembre con peregrinaciones  y velorios en los que se reza el rosario y se cantan aguinaldos. El 24 de diciembre, entre  parrandas, cantos y bailes, se hace un recorrido llevando al Niño Jesús de Curiepe por las calles hasta llegar a la iglesia del pueblo, en donde a las 11 de la noche inicia la misa de nacimiento del niño Jesús.

Esta fiesta es de gran emotividad para los curieperos, quienes pagan promesas al santo por los favores recibidos al tiempo que le rinden tributo y piden protección y bienestar. Suele extenderse hasta el 07 de enero porque el Niño es llevado a otras poblaciones cercanas.

Sus lugares y su gente

Este típico pueblo barloventeño caracterizado por ser tierra ardiente y del tambor posee un río del mismo nombre, que ha sido preservado por sus pobladores y que es lugar de encuentro y disfrute familiar; cuenta con una Plaza Bolívar, que a uno de sus costados alberga la iglesia Nuestra señora de Altagracia. En sus cercanías se localiza la Casa de la Cultura y la escuela que lleva por nombre Juan Pablo Sojo, insigne y destacado periodista y escritor curiepero, conocido por sus estudios del habla y la cultura de origen africano en Venezuela.

En la entrada del pueblo se encuentra el Monumento al tambor, que de alguna forma sintetiza lo que es la pasión del curiepero, el tambor. Esta obra de gran escala fue realizada por el escultor Dagoberto Ramos en 1997.

Tuve la oportunidad de vivir en un poblado llamado Morón, que pertenece a la parroquia Curiepe, allí pasé mi infancia, estudié y crecí. De hecho, mi 1º y 2º grado lo estudié en la escuela Juan Pablo Sojo, el bachillerato lo cursé en Morón con muchos compañeros curieperos, disfruté fiestas de San Juan con ellos y puedo decir con orgullo que conozco a la gente de Curiepe, gente amable, alegre, parrandera y ante todo solidaria, con una amplia sensibilidad y apego a la familia y a lo suyo.     

Los curieperos se confiesan enamorados de su tierra, de sus costumbres, parrandas, creencias y religión, aman su identidad, a su gente y su gastronomía.   

Gastronomía

En la gastronomía de Curiepe hay presencia de lo autóctono, pero también de lo afro, se puede disfrutar de un rico majarete, de besitos de coco, arroz con coco, entre otros, destaca la Cafunga, preparada con una mezcla de cambur maduro, coco rallado, harina de trigo y sal que  forma una masa cuyas porciones se envuelven en hojas de plátano y se cocinan en leña. Esta receta proviene de la elaboración que hacían los esclavizados en las siembras de cacao.

Por Janite Fuentes

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