Saltar al contenido

Golpe Militar en la República de Malí

Por: Instituto de investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora (Centro de Saberes Africanos)

Situación Actual. 21 de marzo de 2012 Una junta militar con el nombre de COMITÉ NACIONAL PARA LA DEMOCRACIA Y RESTAURACION DEL ESTADO, asumió derroco sorpresivamente al presidente Amadou Toumani Touré el jueves 22 de marzo, a tan sólo un mes de las elecciones presidenciales, en donde ATT no sería candidato y el poder en Bamako tras varias horas de enfrentamientos y procedió a disolver las instituciones, alegando la necesidad de combatir con eficacia la rebelión tuareg y a los grupos armados islamistas que operan en el norte del país.

El teniente Amadou Konaré, portavoz de los golpistas, afirmó que actuaron ante «la incapacidad» el régimen del presidente Amadou Toumani Touré para resolver «la crisis en el norte de nuestro país», donde tiene que enfrentar a una rebelión tuareg y a grupos islamistas armados.

Poco después, el capitán Amadou Sanogo, Presidente del (CNRDRE), anunció que se había decretado un toque de queda a partir de este jueves. Malí enfrenta desde mediados de enero los ataques del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) y otros rebeldes Tuareg.

Un movimiento islamista armado tuareg, Ançar Dine (Defensor del Islam), que quiere imponer la sharia en Malí a través de la lucha armada, afirmó controlar tres ciudades en el noreste del país, cerca de la frontera argelina. El gobierno maliense de ATT acusó además a Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), que tiene bases en el norte de Malí desde donde opera en varios países del Sahel, de combatir con el MNLA.

El 29 de abril estaba programada la primera vuelta de la elección presidencial y un referendo constitucional. Touré, que agotó sus dos mandatos de cinco años, no era candidato.

ELEMENTOS PRESENTES EN EL CONFLICTO DE MALI: EL FACTOR ETNICO: Los Tuareg, llamados los hombres de azul por su vestimenta permanente que hace teñir de ese color su piel, son uno de los pueblos beréberes que viven en el Sahel y el Norte de África. Nómadas que siempre han estado rodeados de cierto romanticismo que los ha presentado como un pueblo libre frente a las imposiciones de poderes coloniales o de gobiernos centrales. Los Tuareg englobarían entre 1 y 1,5 millón de hombres y mujeres. Habitan un área de 2 millones de kilómetros cuadrados entre países como Burkina Faso, Malí, Níger, Argelia y Libia.

El principal rasgo diferenciador de este pueblo berebere es el nomadismo; tanto los Tuareg como los animales domésticos que los acompañan recorren largas distancias y van satisfaciendo sus necesidades por el camino, algo a lo que están más que acostumbrados. Este modo de vida proviene del siglo XII; hasta esa fecha se dedicaban a hace la guerra centros poblados para aprovisionarse y controlar las rutas comerciales del desierto, pero una vez empezaron a producirse las invasiones árabes, se vieron obligados a adoptar la costumbre de recorrer el Sahara como vivienda y modo de vida..

El pueblo Tuareg posee asimismo un idioma y un sistema de valores y creencias propio, al que fueron añadiendo algunos elementos del Islam toda vez no entraban en conflicto con los suyos originarios.

Después que Malí y Níger ganaron la independencia de Francia en 1960, los Tuareg quedaron en su mayor parte fuera de los nuevos gobiernos. Quejándose sobre las políticas gubernamentales en Bamako, especialmente la reforma de tierra planeada que podía infringir sus áreas tradicionales.

Los Tuareg han protagonizado cinco rebeliones:

– 1916-1917: contra el poder colonial francés, tuvo su epicentro en Níger.

– 1964-1965: surgida en Malí y como consecuencia de los errores del proceso descolonizador.

-1990-1995: en Níger y Malí, los grupos Tuareg querían mayor autonomía política para sus territorios.

– 2007-2009: el incumplimiento de los acuerdos de paz en el anterior conflicto propició esta reedición de las hostilidades.

– 2012: centrada en la región maliense de Azawad e incluye a otras etnias que no son estrictamente Tuareg, controlando cuatro provincias Menaka, Anmderambukane, N’tillit y Tessit.

Esta rebelión se ha articulado entorno al Movimiento Nacional de Liberación Nacional de Azawad (MNLA), fundado en octubre de 2011. Es el heredero de una de las organizaciones que había protagonizado las anteriores rebeliones en los 90 y la década del 2000. Como viene siendo habitual, reclaman poner fin a la marginación de su región y que el gobierno reparta los beneficios de las explotaciones mineras.

La rebelión ha provocado ya dos consecuencias inmediatas. La primera es un incremento del nacionalismo radical bambara (principal etnia de Malí) y anti Tuareg en el resto del país, lo que ha generado en abusos contra establecimientos y propiedades de Tuareg en ciudades como Kita y Bamako, la capital. Sin embargo, el problema más acuciante en este momento es el desplazamiento de decenas de miles de personas del escenario del conflicto, lo que se está convirtiendo en una crisis humanitaria de consecuencias imprevisibles.

Es predecible una demonizaciòn de la prensa occidental del grupo étnico Tuareg, asociándolo con el terrorismo o el extremismo en la zona, muy al estilo de lo que en su tiempo hicieron con los talibanes.

TERRORISMO:

El norte de Malí también es el escenario de operaciones de Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). El MNLA también se enfrenta a estos grupos. En los últimos días (marzo), el Gobierno ha concentrado fuerzas en la región, pero un oficial militar indicó que se han pedido refuerzos después de la deserción a filas rebeldes de soldados Tuareg en las bases militares de Kidal y Menaka.

El gobierno de Malí ha apuntado a la mano de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y a leales a Gaddafi al estar tras el estallido de violencia. Es cierto que AQMI está muy activa en la zona, sólo hace falta recordar los recientes secuestros de occidentales y los diversos atentados en el Sahel. Es posible que los terroristas hayan conseguido el apoyo de algunos grupos Tuareg descontentos con su situación. Pero es muy aventurado afirmar que los integristas tienen la responsabilidad exclusiva de la nueva rebelión, además los Tuareg mayoritariamente niegan los vínculos.

EL FACTOR ECONOMICO:

Malí, país, sin salida al mar, es el radio de la rueda de la antigua África Occidental Francesa, con fronteras con casi todos los miembros aparte de Benín: Burkina Faso, Guinea (Conakry), Costa de Marfil, Mauritania, Níger y Senegal. También comparte frontera con Argelia, otra antigua posesión francesa, hacia el norte.

Malí es el tercer productor de oro de África, después de Sudáfrica y Ghana. La frontera de Malí con Níger posee considerables depósitos de uranio administrados por concesiones francesas en el norte de Malí, escenario de los actuales combates. El país junto a Burkina Faso, Níger y Togo tienen la primera producción mundial de algodón. Las demandas de los Tuareg incluyen la obtención de cierto control sobre las minas de uranio y los ingresos que generan. También se han realizado en los últimos años importantes exploraciones en busca de petróleo y gas natural, también en el norte. Malí es un eje clave de la «Cooperación de Contraterrorismo Trans-Sahara de EEUU» establecida en 2005 (en principio como Iniciativa de Contraterrorismo Trans-Sahara), que resultó de la «Iniciativa Pan Sahel» de 2003-2004.

EL CONFLICTO LIBIO COMO FACTOR POTENCIADOR DE LA CRISIS EN EL NORTE DE MALI:

La pretendida y no comprobada presencia de ex combatientes gaddafistas es otra cuestión. Muchos Tuareg sirvieron en las fuerzas armadas del Líder libio. Gaddafi fue un actor clave para pacificar las anteriores revueltas y ofreció en el país un refugio seguro y trabajo para los beréberes, lo que le propició una gran popularidad entre esta gente. Pero de igual manera que en el caso anterior, no hay que generalizar tan someramente; no todos fueron mercenarios; es sabido que algunos grupos Tuareg apoyaron al Consejo Nacional de Transición. Estos combatientes Tuareg habrían llegado a Malí procedentes de Libia, y se integraron a las filas insurgentes. Además, en medio del caos de la rebelión contra Gaddafi pudieron haberse asaltado muchos arsenales por los Tuareg (y aparentemente por otros grupos armados como AQMI).

ACNUR ha advertido que ya hay más de 140.000 desplazados por el conflicto. De hecho hay cierto apoyo al gobierno de Malí por el miedo a Al Qaeda. Los rebeldes Tuareg habían hecho de Libia su santuario después de haber sido derrotada su propia rebelión en 2008. Pero, con la muerte de Gaddafi eligieron dirigirse hacia el sur. Así fueron hacia los desiertos del norte de Malí, ya de por sí inestables tras los ataques de Al Qaeda en el Magreb Islámico. Níger, que actualmente alberga a 23.000 refugiados, está preocupado de que su propia población Tuareg se levante en rebelión, inspirada por el MNLA.

Una rebelión anterior en el norte de Níger encabezada por el Movimiento Nigerino por la Justicia (MNJ), causó estragos en el norte entre 2007 y 2009. «Estamos tristes de que los malienses permitieran que esta situación se fuera de control», dice Bazoum Mohammed, ministro de Exteriores de Níger. «Todos sabían que esta situación iba a producirse; todos sabían que AQM estaba presente en la región, todos sabían que la rebelión Tuareg de 2008 en Malí no había sido decapitada. Y aún así lo malienses no actuaron», agrega.

En los meses siguientes a la caída de Gaddafi, muchos ex combatientes de Libia que llegaban a Níger fueron desarmados. Además, la Iniciativa Pan Sahel contra el terrorismo, respalda por Estados Unidos, realiza vuelos regulares de vigilancia buscando movimientos inusuales. De hecho, ex rebeldes se han integrado al gobierno nigerino. El nuevo primer ministro, designado en Abril de 2011 es un Tuareg, al igual que muchas de las autoridades locales en Agadez. Níger espera que sus esfuerzos sean correspondidos por las fuerzas regionales. Por eso, en una reciente cumbre de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental pidió que una fuerza regional sea enviada a Malí. La mayoría de los observadores están de acuerdo en que las firmes acciones de Níger redujeron el inminente peligro de una rebelión Tuareg dentro de su propio territorio. Pero sin una acción coordinada en la vecina Malí, el respiro de Níger puede que sólo sea breve.

FACTORES AMBIENTALES:

La desertificación, definida por las Naciones Unidas como “la degradación de tierra en áreas sub húmedas áridas, semi-áridas y secas” es un punto contencioso. Algunos científicos niegan que la causa sea atribuible a acciones humanas (tales como sobre pastoreo y recolección de leña), argumentando que es causada por el cambio climático que nos se relaciona a actividades humanas locales. Los conflictos en Malí y Níger durante los años 90s que involucraron a los Tuareg servirán como un estudio del caso de estos impactos sociales y económicos.

Los Tuareg en Malí y Níger viven principalmente en el Sahel, la tierra semi-árida en la frontera sur del desierto de Sahara. La sequedad del Sahel, que promedia entre 4 y 8 pulgadas de lluvia anualmente, hace difícil crecer las cosechas sin irrigación; de esta manera, ha sido usada tradicionalmente para la cría de ganado. Los estilos de vida nómada y semi-nómada son bien utilizados para la región; la habilidad para mudarse fácilmente para encontrar agua es casi una necesidad.

La mayoría de la lluvia llega durante 4 meses, desde mayo a principios de septiembre. La estación de invierno seco trae el harmattan, vientos fuertes desde el desierto del Sahara que mueven arena y suciedad a través de la región. Los vientos causan una seria erosión del suelo si la vegetación que la cubre – consistente de prados al sur y matorrales espinosos, árboles de acacia y baobab en el norte – no es adecuada. De esta manera, el harmattan contribuye a la desertificación, y puede acelerar el proceso en la tierra sobre pastoreada.

POSICIONES INTERNAS (ANTES DEL GOLPE):
— Un grupo de intelectuales, hombres y mujeres de cultura malienses convocaron una rueda de prensa el pasado jueves 9 de febrero en el Centro “Amadou Hampaté Bâ” de Bamako para analizar la situación de inseguridad que prevalece en el norte de Malí. Entre estos intelectuales, destaca la alter-mundialista y ex ministra de la Cultura y Turismo, la Sra. Aminata Dramane Traoré.

Ese día hicieron público un documento. Para estos intelectuales, “las reformas estructurales puestas en ejecución a partir de la década de los 80 con miras a corregir las disfunciones del modelo neoliberal, no alcanzaron los objetivos referidos en los términos de mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones, particularmente el acceso a la alimentación, al agua, a la educación, a la salud y a la energía doméstica. Este hecho, que es válido para el conjunto del país, reviste particulares consecuencias en el Norte”.

En su análisis, ellos señalan una mala gerencia, el clientelismo y la corrupción en la gestión de los asuntos públicos, exacerbando las frustraciones y el sentimiento de exclusión en toda Malí, más sin justificar “la violencia armada como método de reivindicación en un contexto democrático”. Según el grupo de intelectuales, hombres y mujeres de la cultura, la manera como se manejó en su oportunidad el asunto de los rehenes occidentales, aseguró en Malí un santuario para el terrorismo internacional. Los intelectuales consideran además que existe un “proceso programado para la desintegración del Estado y de la cristalización de las identidades étnicas y regionales”. Desde ese punto de vista, cuestionan incluso la génesis de la denominación “regiones del Norte”.

— Por su parte, el partido Solidaridad Africana por la Democracia y la Independencia (SADI) ese mismo día jueves 9 de febrero, hizo lectura ante la prensa local de un comunicado con algunas propuestas para salir de la crisis en el norte maliense. La conferencia de prensa estuvo presidida por el Presidente del partido, Sr. Cheïck Oumar Sissoko, y el Dr. Oumar Marikò, Secretario General de SADI.

Para SADI, los malienses deben asimilar que los responsables de esta situación no son las apacibles comunidades Tuareg, moras y árabes, los verdaderos y únicos responsables son el Presidente Amadou Toumani Touré y su Gobierno, el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), algunos antiguos combatientes de Libia, el AQMI y los narcotraficantes.

POSICIONES DE POTENCIAS INTERNACIONALES:

Francia: Francia anunció la suspensión de su cooperación con el gobierno de Malí, tras el golpe de Estado. París quiere «el restablecimiento del orden constitucional» y que las «elecciones programadas en abril se lleven a cabo lo antes posible», indicó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé. Unión Europea: La Unión Europea (UE) también condenó el golpe de Estado en Malí y pidió que se restablezca el orden «constitucional».

«Sean cuales sean las circunstancias, hay que preservar la seguridad y la libertad del pueblo de Malí», indicó Michael Mann, vocero de la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, en un comunicado.

España (Después de la Unión Europea y los Estados Unidos, tercera nación cooperante hacia Malí): El Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha afirmado que el golpe de estado ocurrido en Malí «no afecta» a las negociaciones entabladas por el Gobierno español para tratar de liberar a los cooperantes Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández, secuestrados en el norte del país.

Ha reconocido que si el presidente de Malí, Amadou Toumani Touré, se hubiera visto obligado a renunciar al poder, sería un hecho negativo, pero ha subrayado que las gestiones para lograr la liberación «no tienen por qué verse afectadas». El titular de Exteriores ha informado de que se desconoce el paradero del presidente de Malí y que varios ministros están arrestados.

Estados Unidos: Condenó el Golpe de Estado cometido por soldados rebeldes del Ejército de Malí y ha demandado el retorno de un gobierno civil. Hace un llamado a la inmediata restauración de los poderes constitucionales y el retorno de las tradiciones democráticas.

Unión Africana: El Presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Jean Ping, indicó en un comunicado que ese organismo está muy preocupado por los reprensibles actos cometidos por integrantes del ejército maliense en Bamako.

Tales declaraciones se dan luego de que medios periodísticos, que citaron a fuentes de Protección Civil, reflejaron que enfrentamientos entre los sublevados y leales al Jefe de Estado de Malí, Amadou Toumani Touré, dejaron en las filas de estos últimos un saldo de 50 muertos en las últimas horas. Hasta el momento se desconoce el paradero fijo del gobernante Toumani Touré, aunque militares fieles a él señalaron que se encuentra en un sitio seguro.

ECOWAS: El Presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de Estados de África occidental (CEDEAO), Desire Kadre, también se pronunció contra las acciones de los amotinados, a quienes llamó a respetar la Constitución de ese estado. Insistió, por otro lado, en que el organismo regional, del cual Malí forma parte, no tolerará ningún intento de lograr o mantener el poder por medios inconstitucionales.

ARGELIA: El portavoz del Ministerio argelino de Asuntos Extranjeros, Amar Belani, afirmó el 22 de marzo que Argelia condena el recurso a la fuerza en Malí y rechaza “firmemente” el cambio anticonstitucional. «Argelia sigue con una gran preocupación la situación en Malí.

Con base a nuestra posición de principio y conforme a las disposiciones del Acta Constitutiva de la Unión Africana, condenamos el recurso a la fuerza y rechazamos firmemente los cambios anticonstitucionales», subrayó. «Estimamos que todas las cuestiones internas en Malí deben ser arregladas en el marco del funcionamiento normal de las instituciones legítimas de este país y en el marco del respeto de las reglas constitucionales”, prosiguió. Por ende, declaró que “Argelia proclama su firme apego al restablecimiento del orden constitucional en este país vecino”.

La posición de rechazo de las potencias occidentales en sincronía con las organizaciones africanas crea cierta perspicacia sobre el acontecimiento golpista. O los golpistas que han usado como excusa que el gobierno derrocado no combatía a los Tuareg, reclamo tardío puesto que el presidente ATT lleva 10 años en el poder quedaran aislado internacionalmente y deberán negociar una salida constitucional o se trata de una mascarada que terminará con los que hoy condenan aceptando luego que los golpistas llamen a elecciones y se legitimen como ha sucedido en otros gobiernos vecinos y lejanos de África que llegaron por golpe al poder, convocaron a elecciones generales, las ganaron y fueron reconocidos por los que los condenaron, en la ecuación:

Golpe militar = condena internacional = exigencia de restablecer ordenamiento constitucional = elecciones = triunfo electoral golpista = reconocimiento internacional. Todo hace parecer, salvo las experiencias de Túnez, Libia, Egipto y Costa de Marfil que el anterior método ha pasado ser un cínico método de burlar el principio de no aceptar golpes de estado y de legitimarlo.

Fuentes consultadas: Agencias de Noticias internacionales, informes varios, entrevistas en Àfrica. NOTA: El presente análisis no compromete la posición del Gobierno Bolivariano de Venezuela, es responsabilidad del equipo de investigadores del Centro de Saberes Africanos, institución académica autónoma. En la noche del 22 de marzo el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela emitió un comunicado condenando el golpe de Estado y exigiendo respeto por la vida del Presidente depuesto de Malí.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *